CASABLANCA

CASABLANCA
FOTO DE GONZALO MONTÓN MUÑOZ

miércoles, 24 de abril de 2024

 

PÓQUER DE ASES POÉTICO







Como cantara Julio Iglesias, unos vienen, como Marisol Julve con su poemario Hija del carbón,  sencillo y sincero homenaje a los suyos 

(https://www.youtube.com/watch?=xFbchZ56dmY)



 y otros se van, como dice Julio Iglesias,  es el caso de José Luis Gracia Mosteo, irreductible calatorense que según anticipa, pone punto final a su trayectoria poética con su entrañable y elegíaco poemario, Campos de Aragón. Dicen que el actor Sean Connery, el primero en meterse en la piel del espía 007, declaró en 1971 que “nunca más” volvería a interpretar a James Bond. Las declaraciones se publicaban poco después del estreno de Diamantes para la eternidad, la cuarta entrega de la saga, y le costarían alguna que otra broma. Empezando por el título de la película con la que, efectivamente, volvió a interpretar años más tarde al agente británico: Nunca digas nunca jamás (1986). Fue una cuestión de pasta, superadas sus reivindicaciones salariales, Connery aparecía de nuevo en las pantallas para interpretar al señor Bond en una entrega titulada Never say never again. Sé que no es el caso de mi amigo José Luis Gracia Mosteo, no es una cuestión de dinero, los poetas malviven, lo saben, pero que nunca diga  nunca jamás,  algo se nos ocurrirá para que vuelva al hacer poético, caso contrario, compilaremos en una antología sus poemas sueltos, lo retaremos a una pelea a dos asaltos poéticos en Teruel (lugar a elegir por él) y con su consentimiento o sin él se publicará para dejarla en su tumba cuando muera.

https://www.facebook.com/juan.villalbasebastian/)

Cristina Giménez es una diésel de la poesía, una mujer incombustible que ya tiene en su haber varios poemarios, todos, como dice uno de sus poemas del último, Escaparate/o escondite, “reflejo de una verdad / No hay dobleces ni artificios. / No hay filtros ni retoques. / Sólo un brillo natural de alguien que nace de haber vivido. / Y haber sentido. / Porque… quién dice lo que es real o ficción? / Solo tú. Solo yo”. Fantástico.

https://www.youtube.com/watch?v=ZSsFO9rDFno





Por su parte, un poeta ya de dilatada trayectoria decide desnudarse poética y realmente, si quieren conocer al verdadero, al actual Nacho Escuín, lean su último poemario, COVER, pura sangre y carne descarnada, ser real, lo mejor que ha escrito hasta ahora, lo mejor, no tengo duda ni palabras y comparto la letra de su canción

https://www.youtube.com/watch?v=A9hcJgtnm6Q

Un abrazo amigos, pero quiero incluir una úlitima canción para ellos,

https://www.youtube.com/watch?v=A6QQV-CSG9E&list=RDo7WWT8jlPFU&index=2




domingo, 21 de abril de 2024

 PRESENTACIÓN DEL LIBRO DE VIAJES: ALBARRACÍN. UN VIAJE EN EL TIEMPO


Con  gran presencia de público y enorme afabilidad la CASA DE ARAGÓN DEL HENARES me invitó a dar el pregón de las fiestas de San Jorge y a presentar mi libro de viajes, Albarracín. Un viaje en el tiempo. 

Una jornada entrañable que agradezco a la dirección de la Casa. Aquí dejo algunas fotos de la misma.













miércoles, 20 de marzo de 2024

 

ARDOR GUERRERO Y NOVIOS DE LA MUERTE



            La guerra ha sido fiel compañera del hombre desde la prehistoria hasta nuestros días. De hecho, puede ser considerada incluso un arte más, como así lo testimonia el título de ese clásico de la literatura universal debido al estratega militar chino Sun Tzu. No ha habido período en la historia de la humanidad que se haya visto libre de luchas encarnizadas y enfrentamientos entre tribus, pueblos o civilizaciones, basta con mirar nuestro mundo actual para corroborar esa afirmación. El escritor Fernando Castillo, especialista en historia cultural y militar, en su último ensayo, Fervor del acero. Cuatro testimonios de la Guerra de Europa 1914/1939, parte de esta premisa para rastrear su presencia en la literatura bélica, más concretamente en el subgénero testimonial, a medio camino entre el relato y las memorias, de aquellos escritores guerreros que describen en sus obras sus sentimientos –su ardor guerrero-, sus relaciones de amistad en la milicia, la idea del enemigo y de los civiles, su manera de concebir la lucha y, en especial, su idea de la muerte.

            El primer capítulo, “Fervor del Acero y nostalgia de trinchera”, funciona como una introducción panorámica de la evolución de la guerra a lo largo de la historia. Con portentosa capacidad de síntesis nos resume su modo de entenderla en sus diferentes periodos: los modelos de guerra total, sin regulación explícita, bárbara y cruel, de la Antigüedad, cuyos ejemplos más acabados fueron los de Asiria y Roma. La Edad Media se ajustó a las normas de la Caballería regidas por normas eclesiásticas y el código del honor nobiliario. En el siglo XVIII fue aristocrática, monárquica e ilustrada, mientras que la del siglo XIX lo será plebeya, popular y romántica. A partir de 1870 la guerra deja de ser una aventura novelesca y regulada para convertirse en “un acontecimiento científico”. La Primera Guerra Mundial supone ya el tránsito de la guerra tradicional y limitada a otra imperante a lo largo del siglo XX, deshumanizada, industrial y técnica, basada en la potencia de artillería de enorme carga aniquilante, pero será a partir del conflicto báltico, que tuvo lugar entre 1918 y 1919 cuando la guerra abandone definitivamente cualquier tipo de regulación caballeresca, así como cualquier consideración hacia el enemigo, y prime única y exclusivamente su total destrucción sin importar los medios. Desde ese momento, “el fervor del acero, el deseo de acción y aventura, el combate por una ideología, por la revolución o la contrarrevolución, desemboca en lo que no tardaron en considerarse como crímenes contra la humanidad…” Sus más claros exponentes son por todos conocidos: la barbarie del genocidio judío y el exterminio armenio, por citar los ejemplos más extremos, pero son decenas los que podrían citarse.

            “Nadie en el Tercio sabía, quién era aquel Legionario, tan audaz y temerario…”. Estos son los primeros versos del “Novio de la muerte”, una canción guerrera que durante décadas ha representado a uno de los cuerpos de élite del ejército español, la Legión, cuya letra resume en cierto modo, como también lo hace el Himno de Infantería, (“Ardor Guerrero vibre en nuestras voces. / Y de amor patrio henchido el corazón. /  Entonemos el Himno Sacrosanto. / Del deber, de la Patria y del Honor. / ¡Honor! / De los que amor y vida te consagran…”) las características de los autores a los que Fernando Castillo recurre para explicar de manera original mediante el análisis de algunas de sus obras la nueva realidad bélica surgida desde 1914 y las constantes ideológicas de todos ellos para apreciar de manera positiva las guerras en las que participaron: valoran el heroísmo, la entrega, la aventura, la cohesión del grupo y la camaradería de trinchera (como dice García Serrano en La fiel infantería: “Lo mejor de la guerra —para siempre— seríamos nosotros”) , junto con una obediencia más carismática que ideológica, al tiempo que desprecian al enemigo y reniegan de la retaguardia, a la que tachan de cobarde, insolidaria y traidora –la conocida como “puñalada por la espalda-, descargando en ella la responsabilidad de la derrota. Se adaptan mal a la nueva situación de paz y comparten un sentimiento de soledad, junto con cierta nostalgia del compañerismo vivido en el fragor de la batalla. 

            Las obras analizadas recogen experiencias guerreras de sus autores en conflictos desarrollados, como se anticipa en el título, entre 1914 y 1939. En la Gran Guerra participaron Ernst Jünger y Benito Mussolini. Del primero trabaja sus obras más reveladoras al respecto como son Tempestades de acero, El Bosquecillo 125 y El teniente Sturm y del segundo, por ser escasamente conocida en España, su Diario de guerra. El tercer autor es Ernst von Salomon y su obra, Los proscritos, donde describe su participación en los combates internos de Alemania y en los Países Bálticos luchando contra los bolcheviques y los nacionalistas letones. El último es el falangista español Rafael García Serrano y su original novela de corte autobiográfico, La fiel infantería, a juicio de Fernando Catillo, “una intensa y original narración de su experiencia cuya calidad literaria es quizás la más destacada de todos los textos que componen este Fervor de acero”.

            En Jünger todavía se encuentran ecos del guerrero medieval, “solitario y entregado a la función encomendada a su estamento”, de hecho llevaba en el bolsillo de su uniforme una edición de Orlando furioso. Alejado todavía del soldado-número, anónimo y tecnificado, se debate en la contradicción que se establece entre esa actitud elitista y cierta admiración por las nuevas armas bélicas de gran poder destructivo. Fue precisamente esa actitud, todavía respetuosa con el código caballeresco en la guerra, la que le mantuvo al margen del genocidio judío y de los criminales nazis.

            La ruptura con el Partido Socialista hizo que Mussolini abandonara la dirección de Avanti! y pasara a publicar Il Popolo de Italia, desde donde lanzó una virulenta campaña en la cual llamaba a la intervención al lado de los aliados. Concebía esa contienda como una guerra imperialista e injusta, a su juicio había que declarar traidor a cualquier socialista que se opusiera al esfuerzo bélico liberador. Es en ese sentido en el que orienta sus esfuerzos de agitador belicista y su participación en la guerra. En mayo de 1915, el gobierno italiano llamaba a la movilización general al tiempo que declaraba la guerra a Austria, Alemania, Turquía y Bulgaria. La abundante información que Fernando Castillo aporta sobre el frente del Isonzo, uno de los más desconocidos por la bibliografía de la Primera Guerra Mundial, es apabullante y resulta especialmente clarificadora sobre las pérdidas humanas que supuso para Italia su intervención.

            Von Salomon pertenece a esa generación “perdida” de entre guerras que no participó en la primera por ser demasiado joven y en la segunda por ser demasiado viejo y tuvieron que dar salida a su “ardor guerrero” en los sangrientos conflictos internos alemanes que se produjeron en 1919, una guerra civil urbana y radical en la que no había lugar para la rendición ni para la clemencia, más cruel que la de las trincheras, en la que no se hacían prisioneros. Más tarde participó en el no menos despiadado, complejo e irregular conflicto báltico: guerra civil rusa entre blancos y bolcheviques, entre letones y estonios, entre revolución y contrarrevolución; una coctelera en la que se mezclaba el nacionalismo pangermano, mezcla de colonialismo y antisemitismo, y el uso de las nuevas armas aparecidas al finalizar la Gran Guerra. Su experiencia bélica la recoge en su obra Los proscritos, dividida en tres apartados correspondientes a cada una de las etapas de su vida; es decir, se trata de una novela clave para entender el período que va de 1918 a 1923, tanto en Alemania como en Europa.

            Rafael García Serrano, definido como un “cruzado castizo”, comparte con Jünger ciertos ideales caballerescos y hubiera preferido combatir en una guerra menos tecnificada. En cierto modo su fascismo puede ser catalogado como de “sacristía, de colegio religioso, es decir, mera y vieja contrarrevolución reaccionaria pasada por el filtro del fascismo mussoliniano”. El análisis de su obra, La fiel infantería, le sirve para introducirnos en la Guerra Civil Española y estudiar la evolución de la Falange hasta su apropiación por el franquismo.

            En Fervor del acero, Fernando Castillo presenta y relaciona un material sin duda novedoso. Con efectiva y objetiva erudición, nos ofrece excelentes retratos ideológicos de los cuatro escritores soldados elegidos para su estudio, al tiempo que analiza con precisión histórica y literaria sus obras más significativas.


Fernando Castillo, Fervor del acero. Cuatro testimonios de la Guerra de Europa, 1914/1939, Sevilla, Renacimiento, 2023.

lunes, 29 de enero de 2024

PRESENTACIÓN DE LA OBRA TEATRAL "CHAGAS" DE JUAN VILLALBA (I)




Gracias al Casino de Teruel: a su presidente, Mariano Jiménez, a Jorge Moradell y a Covadonga Galeote, por ceder un espacio tan agradable y difundir la presentación. 






Gracias a la Cooperativa de Amigos de los Libros (Terueligráfica): a Fito, Jorge  y su equipo por confiar en esta obra.




Gracias a Elena Romeu por sus ilustraciones.




Gracias a la Federación Aragonesa de Teatro amateur (FATEA) por premiar la obra en la II  Certamen de guiones teatrales.



Gracias a Marian Pueo, Salomé Abril, Ana Rosa y Luis Arturo por su colaboración desinteresada en la lectura dramatizada de un fragmento.


Gracias a Gonzalo Montón por sus fotografías.











lunes, 1 de enero de 2024

 

LITERATURA, ALZHÉIMER 

CINTAS DE VIDEO




         El paso del tiempo y la evolución tecnológica han llevado a muchos oficios a su desaparición: aldabonero, telefonista, campanero… propietario de videoclub. El fruticultor, escritor y fotógrafo calandino, José Antonio Gargallo, ha publicado hace ya algún tiempo, Todos los viernes del mundo, su segunda novela, en la que combina y homenajea sus grandes pasiones: el cine, la literatura y la fotografía. Su escritura es una especie de epílogo narrativo de un proyecto fotográfico realizado entre 2015 y 2018 sobre la decadencia y el cierre del último videoclub de la provincia de Teruel al fallecer Rodolfo, su dueño, enfermo de Alzhéimer, el mismo año de la conclusión del reportaje.

         En Todos los viernes del mundo, el videoclub, un espacio real visitado en su condición de “cinéfago” por José Antonio Gargallo durante años para nutrirse de películas, se convierte en simbólico, en una metáfora de la devastación causada por el paso del tiempo y la pérdida de la memoria, tanto individual, la del empresario con respecto a su vida, como colectiva, la de la sociedad por todo aquello que deja de tener utilidad.

         Gargallo mezcla de manera extraordinaria hechos reales con inventados para conformar una especie de autoficción con la que juega a confundir al lector al dotar su novela con dos finales: el primero, en el capítulo doce, es el de la novela propiamente dicha, narrada en primera persona en forma de cuaderno de notas o falso diario, comienza un “Lunes” con un “Si cierro los ojos puedo ver el Alzhéimer”, y terminar circularmente de manera magistral ciento sesenta páginas más tarde con el encuentro del autor y su protagonista con motivo del comienzo del reportaje citado, “Memoria del último videoclub”, quien la concluye con su particular sentido del humor diciendo: “Voy a ser una metáfora social. Tendré que peinarme”, y contestar a la pregunta, “¿Cuánto hace que te pasa esto de la enfermedad?”, con un irónico: “Por dios, es lo primero que olvidé.” El segundo final se produce tras un nuevo capítulo a modo de colofón, “Soy el 989”  —remite al número de socio en el videoclub del autor—, una especie de marco narrativo metaliterario en el que se nos explica mediante el recurso cervantino del manuscrito encontrado —siete cuadernos con forma de diarios— el origen de la novela, al que se añaden unas “Aclaraciones” finales con visos de realidad sobre diferentes aspectos de la historia, para seguir enredando al lector en su maraña literaria y hacerle creer que todo lo narrado es verdad.

         La prosa de José Antonio es ágil y fluye con alegría dotando al relato de un ritmo ágil y chispeante, como su humor, mezcla del  argentino —Rodolfo es de esa nacionalidad—, reflexivo y, en ocasiones, trágico y amargo, con el más autóctono y personal somarda aragonés del escritor, salpimentado con toques y situaciones surrealistas desternillantes como las que vive el protagonista cubierto con su verdugo de luchador mexicano o la de la droga escondida en las cajas de las cintas de video.

         Todos los viernes del mundo es una historia de amistad y, sin duda, un homenaje al cine: el de Rodolfo, de quien se incluye un listado de películas favoritas; y el del autor, donde no podía faltar la referencia al de su paisano Buñuel pero, sobre todo y en última instancia, es un homenaje al mismo Rodolfo, no tanto como metáfora literaria o personaje de ficción, sino como persona real, una persona o todas las personas que eligen elegir, la libertad, por encima de todo. Seguro disfrutarán con su lectura.

José Antonio Gargallo, Todos los viernes del mundo, Zaragoza, MilMadres, 2022.

Esta reseña se publico en el suplemento cultural, Artes & Letras del Heraldo de Aragón



martes, 19 de diciembre de 2023

GENTE QUE ESCRIBE EN TERUEL (I)


CICLO DE "POESÍA Y MÁS"


 
Este sábado pasado, 16 de diciembre, comenzó a andar con buen pie el ciclo organizado por la PLATAFORMA DE POETAS POR TERUEL (para contactos en plataformadepoetasporteruel@gmail.com), del que dio puntual noticia Miguel Ángel Artigas en el Diario de Teruel, tanto anticipando el acto:

Como después: 


Fue un auténtico lujo poder asistir al encuentro y disfrutar de la variedad y calidad poética de todos los participantes. 
Aquí dejo la foto grupal que describo desde la visión del espectador de abajo hacia arriba y de derecha a izquierda:

FOTO: GONZALO MUÑOZ


Poeta invitado, abajo sentado: LAMBERTO ALPUENTE (de su estilo dicen que "es poco convencional, crudo y abigarrado", pero en el fondo es también tierno y maternal, quizá, en ocasiones, un tanto críptico).
En la línea superior: HELENA NAVARRO (un descubrimiento que ya se ha descubierto); JESÚS CUESTA (un bardo a la antigua usanza por todos conocido, hermano en las ficciones, compañero en las tertulias y amigo en la vida); ISABEL MARTÍNEZ (ritmo vivo y sorpresa final, siempre con su punto teatral); TIFFANI GARZO CAMÓN (TIF nos dejó sin palabras, pero dará mucho que hablar). 
Segunda línea: NACHO ESCUÍN (activista cultural, casi un terrorista de la cultura; un poeta que se reinventa cada mañana sin dejar de ser él mismo); MARISOL JULVE (apasionada de la poesía con compromiso poético y social); CRISTINA GIMÉNEZ (la presidenta de la Plataforma; poeta sensitiva, de sentimientos, romántica, melancólica y apasionada hasta emocionarse al punto de la lágrima declamando); FABIÁN NAVARRETE (un viejo rockero muy joven que vive y escribe canciones y poesía en la carretera, como Miguel Ríos).
De pie: MARIO HINOJOSA (de sus poeMarios salen niños y pájaros Tocororos); ROSA BÁGUENA (casi escondida en la foto y en la vida, tiene el don de la rima y de la copla, versolari aragonesa de la jota, acumula premios y no lo dice, y habrá más); MIRIAM GRIMALT (le gusta jugar con las palabras, tímida y sencilla, con el tiempo irá a más, crecerá porque ya ha crecido en la escritura y la vive como el amor, con pasión de tímida); ALICE QUINN (otra tímida, eterna adolescente, que vive entre la psicología y la poesía, en su escritura tal vez sean lo mismo, lo suyo quizá sea psicosía o poegía. Me alegra reencontrarla en forma); ASUN PERRUCA (viene de Calamocha a sumarse al proyecto porque escribir es vivir, reencontrarse con la vida, y  ella le devuelve  a la vida con su poesía todo lo hermoso que le da cada día).
En difícil posición, porque no es poeta, JUAN VILLALBA (no supe muy bien por qué, si por la catalítica situada en mi trasero o por la enfermedad contagiosa de mis compañeros, en mi cuerpo comenzó a aflorar un cierto acné juvenil, una picazón poética muy, muy peligrosa. Tendré que vacunarme si sigo con ellos).

En enero tendrá lugar un nuevo encuentro. Se avisará puntualmente. Os dejo con algunas fotos.

LAMBERTO ALPUENTE

FABIÁN NAVARRETE

JESÚS CUESTA

ALICE QUINN


ASUN PERRUCA

TIF

MIRIAM GRIMALT