CASABLANCA

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FOTO DE GONZALO MONTÓN MUÑOZ

jueves, 1 de septiembre de 2011

LUIS MILLÁN SÁNCHEZ, “EL TERUEL” (I): SUS COMIENZOS

La historia de Luis Millán Sánchez, “El Teruel”, es un recorrido por el haz y el envés de la vida, con sus miserias y sus grandezas, con la ruleta de la fortuna girando al azar y la rebeldía por montera, sin cabeza para gobernar un corazón desbocado, henchido de valor suicida y ansioso de  vivir deprisa; su historia es la del triunfo efímero de un torero con el público a sus pies y una caída vertiginosa hacia el olvido, la soledad y la muerte.
Reconstruimos su trayectoria vital y profesional partiendo de las notas que el crítico Aniceto Blasco apunta en su libro De toros… y de toreros de Teruel (Gráficas Teruel, 2003).
Luis Millán nació en Vallanca (Valencia, pueblo en el rincón de Ademuz, lindante con la provincia de Teruel) el nueve de marzo de 1948. Al poco de su nacimiento sus padres se trasladaron a vivir a Teruel.  
Su primer festejo se produjo en 1965 en Teruel, se trataba de un festival benéfico en el que se anunció como “El Turronero”, pues sus padres vendían como feriantes turrones y golosinas en los pueblos en fiestas.
Durante los tres años siguientes vivió a salto de mata tratando de formarse como torero por tierras salamantinas de tentadero en tentadero, como señala Aniceto Blasco, “haciento ‘tapia’y aprovechando las ocasiones para robar unos muletazos a la vaca que ha sido toreada por el torero invitado a la finca.” A este respecto cuenta la siguiente sabrosa anécdota: “En uno de estos tentaderos a los que acude se encuentra Santiago Martín “El Viti”, ha toreado una vaca hasta dejarla exprimida, el ganadero le da puerta y Luis pide permiso para bajar a torearla. ¡No le queda un pase chaval!, espérate a otra, le aconseja el ganadero. Pero Luis ya está en el ruedo de la plaza de tientas, deslía su muletilla y le pega más de veinte muletazos ante el asombro de todos los concurrentes siendo felicitado por el ganadero y por “El Viti”.”
Durante estos años se busca la vida como maletilla en las plazas y salta en alguna como espontáneo buscando una oportunidad. Así, el dos de abril de 1966, acude acompañado por su amigo Francisco López Juanido, natural de Valencia del Ventoso (Badajoz), a la plaza de Alcalá de Henares, con la intención de saltar al ruedo. El día era desapacible, frío y lluvioso, se toreaban reses de José María Moreno Yagüe y en el cartel se anunciaban los diestros, Joaquín Bernardo, Fermín Murillo y Andrés Vázquez. La corrida transcurre sin incidentes con faenas de mérito. En el último de la tarde saltan al ruedo los muchachos. El primero, Francisco, “fue cogido aparatosamente y sufrió una cornada en el muslo izquierdo con entrada y salida, de pronóstico gravísimo.” A pesar de lo sucedido, Luis no se arreda y salta después, poco o nada puedo hacer, tan solo ver su nombre por primera vez en los periódicos de tirada nacional: “El otro espontáneo, Luis Millán Sánchez, “El Pelao”, natural de Teruel, solo sufrió un rasguño en un muslo, de pronóstico leve.” Andrés Vázquez mató a la res de estocada baja sin hacer faena alguna.

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